El 4 de julio se celebra el bicentenario trigésimo tercer aniversario de la Independencia de los EE.UU.
La embajada de los EE.UU. permanecerá cerrada al público el viernes 3 de julio por celebrarse el sábado, 4 de julio, los 233 años de la Independencia de los EE.UU.
Washington -- Estados Unidos celebra el Día de la Independencia el 4 de julio, una fecha de celebración patriótica y eventos familiares en todo el país. Como dijo uno de los padres fundadores de la nación, John Adams, el feriado es "el gran festival del aniversario. Debe ser conmemorado como el día de la liberación... Debe ser solemnizado con pompa y desfiles, con espectáculos, juegos, deportes, disparos de cañón, campanas, fogatas e iluminaciones, desde un extremo al otro de este continente, desde ahora en adelante y para siempre".
La festividad es una ocasión cívica importante, arraigada profundamente en la tradición angloamericana de la libertad política.
Son comunes los espectáculos de fuegos artificiales en todas las comunidades. En la ciudad de Nueva York, los grandes almacenes Macy's han auspiciado durante 30 años un espectáculo de fuegos artificiales el 4 de julio. En 2005, el espectáculo de 30 minutos presentó 35.000 morteros lanzados desde siete barcas desplazadas en el río del Este y en la bahía de Nueva York. La Prensa Asociada calculó que más de tres millones lo presenciaron en persona. El evento también ha sido televisado a nivel nacional en años recientes.
El cuatro de julio es una celebración familiar. Son comunes las comidas campestres y los asados al aire libre. En el mes de julio es verano en Estados Unidos, y millones de estadounidenses se escapan del calor a las playas y a otros destinos de vacaciones. El Día de la Independencia no se cuenta entre los feriados legales que se transfieren a un lunes o un viernes, pero muchos empleados utilizan sus días de vacaciones para crear un fin de semana largo, como ocurrió en 2006, cuando el feriado cayó en martes.
En ocasiones, se comienzan a construir obras públicas importantes el 4 de julio. El Canal del Erie, el Monumento a Washington y el Ferrocarril de Baltimore y Ohio (los primeros que hubo en el país) todos ellos se iniciaron un Día de la Independencia. La fecha refleja un deseo de marcar simbólicamente estos proyectos como verdaderas mejoras cívicas.
UNA OCASIÓN CÍVICA
El 4 de julio es el momento en que los políticos y otras figuras públicas pronuncian discursos que exaltan las tradiciones y los valores estadounidenses.
El 4 de julio de 1788, James Wilson, uno de los padres de la patria, se dirigió a una reunión en Filadelfia que en aquel tiempo fue posiblemente la mayor celebración de un 4 de julio en la historia del joven país. Exhortó a sus conciudadanos a que ratificaran la Constitución que se había propuesto. "¿Cuál es el objeto que se nos ofrece para contemplar?", preguntó. "TODO UN PUEBLO que ejerce el primero y mayor de los poderes, llevando a cabo un acto de SOBERANIA, ORIGINAL e ILIMITADO".
El 4 de julio de 1852 el periodista y abolicionista negro Frederick Douglass condenó los males de la esclavitud, que en esa época existía aún en el sur de Estados Unidos, pero identificó fuerzas que "obtienen aliento de la Declaración de Independencia, los grandes principios que ella contiene y el genio de las instituciones estadounidenses en funcionamiento" que "deben inevitablemente lograr el desplome de la esclavitud".
Noventa años más tarde, en los momentos más sombríos de la Segunda Guerra Mundial, el presidente Franklin D. Roosevelt le recordó a la nación que el 4 de julio simbolizaba "la libertad democrática que nuestros ciudadanos reclaman como su precioso derecho de nacimiento". Para el "cansado, hambriento, mal equipado ejército de la Revolución Norteamericana", continuó, "el 4 de julio fue un tónico de esperanza e inspiración. Así es ahora... Los hombres recios, ceñudos que luchan por la libertad en esta hora sombría, reciben este mensaje como aliento -la seguridad del derecho a la libertad según Dios- para todos los pueblos y razas y grupos y naciones, en todas partes del mundo".
El 4 de julio de 2001 el presidente George W. Bush habló a las puertas del Palacio de la Independencia, en Filadelfia, lugar de nacimiento de la Declaración de Independencia. Ese documento, dijo, continúa representando "la norma que nosotros exigimos de los demás, y la norma por la que nos medimos nosotros mismos. Nuestros mayores logros han tenido lugar cuando hemos vivido de acuerdo con estos ideales. Nuestras peores tragedias, cuando hemos fallado en sostenerlos".
En todo el país, líderes cívicos de toda condición se hacen eco de esas palabras, y quienes los escuchan agradecen la libertad y los derechos que la generación de los fundadores conquistó para todos los estadounidenses.
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Por Michael Jay Friedman
Redactor de America.gov